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Todos los padres deseamos que los demás valoren positivamente a nuestros hijos. Queremos que el mundo sea capaz de ver lo que nosotros vemos: lo listos, especiales y buenos que son. No hay mayor fan de un niño que sus propios padres. Y eso, muchas veces, es un grave error. No nos estamos dando cuenta de que haciendo esto, fomentamos el dañino problema del narcisismo infantil.
La felicidad de los hijos es una de las prioridades de los padres. Tenemos miedo de que el niño sufra, de que se traumatice y que ello conlleve problemas en su vida adulta. Son nuestra mayor alegría, y por eso queremos darles todas las facilidades y oportunidades que nosotros no tuvimos. El problema es que no dejamos que ellos se esfuercen y eso, a la larga, es peor que cualquier trauma infantil.
La hiperprotección es un comportamiento tóxico que atañe a los padres. Provoca que el niño se considere superior a los demás y crea que se merece todo lo que quiere sin ni siquiera mover un dedo. Además, le impide madurar y poder enfrentarse a los pequeños contratiempos diarios, lo que sí repercutirá en su vida adulta.
Se convierten en niños narcisistas, malcriados y débiles. Saben hablar 3 idiomas a los 7 años, pero no saben atarse los zapatos o poner la mesa. Tienen un ego exageradamente elevado y se creen con derecho a todo. Para combatirlo, hay que saber muy bien cómo es ese comportamiento y cuales son sus causas.
¿Qué es el narcisismo?
Es un trastorno de la personalidad. Las principales características del narcisismo se engloban en una: la admiración exagerada hacia uno mismo. Sobre estiman sus capacidades, carecen de empatía y necesitan llamar la atención de los demás para sentirse bien. A menudo, su comportamiento genera la antipatía de los demás y les impide tener amistades sanas.
También presentan una serie de comportamientos comunes, que suelen asociarse a una mala educación, cuando en realidad los padres han intentado todo lo contrario:
- Solo pueden ser comprendidos por personas de su mismo “rango” o que ellos consideren superiores.
- Creen que tienen derecho a todo.
- En sus relaciones tratan mal a los demás. Son egoístas y se aprovechan de la gente de su alrededor.
- Carecen de empatía, como ya se mencionó antes.
- Son muy prepotentes.
- Creen que los demás les tienen envidia.
- Tienen una autoestima muy baja. Por eso necesitan constante admiración.
¿Cómo evitamos los problemas del narcisismo infantil?
Aunque lo anteriormente mencionado pertenece a una patología, es muy común encontrar rasgos de ella en muchísimos niños sobre protegidos. Es nuestra elección educarlos convenientemente para que este proceso no vaya a más. Una vez aceptado esto, la siguiente pregunta a formularse es, ¿qué podemos hacer al respecto?
No consentirles todos sus caprichos
Hay que dejarles claro que no vamos a ceder ante todas sus peticiones. Si realmente desean algo, tienen que ganárselo. Han de saber que todo lo que tienen ha costado un esfuerzo: el de sus padres. Fuera de casa no siempre van a tener lo que quieren, y es mejor que vayan acostumbrándose a ello. De no ser así, podrían convertirse en personas muy tóxicas.
Enseñarles a respetar a los demás
Es cierto que es muy importante que el niño se sienta querido, pero también es importante que no se crea superior. Debemos enseñarle que, aunque es muy especial, hay otras muchas personas especiales a su manera.
Él debe respetarlas y quererlas a todas. Una buena motivación para ello sería permitir que vaya a jugar a las casas de otros niños y que otros niños vengan a casa. Así se acostumbrará a compartir y a relacionarse con familias diferentes a la suya.
Cualquier acto tiene sus consecuencias
Si se porta mal, será castigado.
Si se porta muy bien, se le dará una pequeña recompensa.
Esto servirá de estímulo para que modifique su comportamiento y sepa que no es intocable. No hay que magnificar sus errores, ni humillarlo por ello y si la corrección merita severidad, por el bien del hijo hay que hacerlo, considerando que corregir no es maltratar, sino darle una buena lección de vida. Nunca cometer el grave error de dejar pasar sus malos actos. Debe aprender a aceptar las consecuencias de sus actos. Así, en un futuro, reflexionará antes de actuar.
Deja que se enfrenten a pequeños retos
El mayor inconveniente del narcisismo es que impide que nuestros hijos maduren. Deja que se enfrente a pequeños retos diarios, como aprender a hacer la cama en poco tiempo o a atarse cordones de una forma más bonita.
Con estos pequeños desafíos, el niño irá aprendiendo a hacer las cosas por sí solo. También puedes motivarle para que ayude en la cocina dejando que él mismo haga mezclas y pruebas que le gusten. Así, de paso, puede que se acostumbre a alimentarse de forma sana.
Cría niños narcisistas, tendrás futuros padres narcisistas.
FUENTE: ERES MAMÁ
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